sábado, 8 de diciembre de 2018

Sobre: Fascismo

La culpa del auge del fascismo es mía, he sido yo chavales, no puedo mentir más, me avergüenza un poco admitirlo pero es así, a veces hay que hacer acto de penitencia y asumir tus culpas y yo, he creado a esa banda de idiotas.

Cada vez que un tolai soltaba que se estaba adoctrinando en el islam en los institutos y yo no me molestaba en decirle que era imbécil y me dijese exactamente donde, creé un fascista.

Cada vez que un payaso argumentaba que le estamos inoculando el virus gay a los bebés en los colegios mediante temarios promaricones y yo simplemente pasé de él y no le cerré la boca, creé un fascista.

Cada vez que un flipao me argumentaba que hay una conspiración femenina para castrar a los hombres a base de políticas de género, porque lo vio en un vídeo de youtube de un tal Juancar Piterson, que es muy leído, por eso es mejor volver a los sa nos tiempos de a la cocina con la pata quebrá y no aplasté sus "liberales" argumentos de patio de colegio con condón en la cabeza, creé un fascista.

Cuando ridiculicé el absurdo del nacionalismo periférico, pero quizá tenía un día flojo y no remarqué lo suficiente lo realmente idiota que también es el nacionalismo español, con muchísimas cosas vergonzantes por las que agachar la cabeza y trabajar para mejorar antes de ponernos estupendos hablando de trapos, creé un fascista.

Cuando un retrasado, que vive en una ciudad en la que no ha nacido, que dentro de su familia tiene un primo en Berlín, una hermana en Londres y la tía Paqui que vive en Copenague, entre cuyo grupo de colegas el Chino está Buenos Aires y la Vane en Lima, Toncho en Toronto y el culebra en Ginebra, que casi todos se largaron durante la crisis pero oye ahí andan y quedamos en vaca ciones para echar unos cacharros, te habla de lo chungo que son los inmigrantes, que vienen a robarnos nuestros puestos de trabajo, y no le llamé puto hipócrita, creé un fascista.

Cuando un capillitas me soltó que se sentía perseguido porque la gente no mostraba el suficiente respeto a sus chaladuras de señoras fornicando con palomas para parir superhéroes y eso atentaba contra su libertad de intentar imponer sus locuras a los demás, creé un fascista

Porque de la misma manera que antes a los cupcakes les llamábamos magdalenas, lo que ahora llaman fakenews son las idioteces de toda la vida, toman un hecho que más o menos puede resultar verídico y con el que puedes estar de acuerdo (los inmigrantes traen su propia maleta cultural y tienen que adaptarse a las normas del país de acogida), pillan un ejemplo anodino de una vez en Tlajomulco de Zúñiga, Guadalajara se les fue la olla (y lo peor es que con esto del internete, ahora los sucesos de Villacojón de Arriba llegan, con lo que siempre habrá un ejemplo de idiotez a lo largo del globo para sustentar toda alocada teoría) haciendo uso truculento de la sinécdoque toman la parte por el todo (hay un grupo de locas del coño que se les ha ido la olla con X = Todas las mujeres quieren caparme) y arropándose en la bandera del victimismo (irónico, precisamente denunciar el victimismo desde el victimismo) del "nosecuantitos hegemónico me llama facha cuando yo lo que soy es ordenado" llama a filas desde el siempre molón eslogan de "somos la nueva revolución". "Nueva" pero huele a pollavieja que echa para atrás, "nueva" pero muy parecida a la vieja granja de Orwell.

El fascismo es culpa mía, y tuya, es culpa de los dos, es culpa de ser incapaces de frenar cuando las cosas se van de madre, y asumir que hay un punto interme dio entre respetar los derechos sexuales de la persona y exigir que nadie siquiera se plantee que cojones haces disfrazado de koala porque te sientes marsupial, donde debería existir un consenso común de lo que debería ser más o menos aceptable, nadie debe juzgar lo que hagas con tus genitales dentro de un marco de libertad individual, y lo que no, tu libertad se acaba en la de los demás y has de asumir las consecuencias y críticas a tus actos.

Y la lucha contra el fascismo no consiste en ponerse una palestina, gritar consignas en la calle amparados por el tumulto y quemar una papelera, que da subiduqui pero arreglar arregla mas bien poco, consiste en enfrentarte a solas a tu colega el lelo y desenmascarar la falacia de sus argumentos, en armarte de paciencia y intentar hacerle razonar, porque el totalitarismo se aplasta desde el individuo, porque lo guay es sentir la turba detrás y fliparte, pero eso es exactamente lo mismo que se supone que combates, lo aburrido, y frustrante y difícil es alejarte de tu círculo de amigos, bajarte al barro solo frente a la idiotez e intentar sacar a alguien del fango de la ignorancia, eso colegas, eso es un coñazo, pero también épico y necesario.

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