¿Era un espía norteamericano infiltrado en las calles de la Berlín nazi o se trataba de toda una tropa yanqui vigilando de incógnito al enemigo? Puede que, en realidad, solo fuera un personaje germánico de moda utilizado por aquellos que se ganaban la vida en la calle, pero lo cierto es que su protagonismo no deja indiferente a nadie: este oso polar aparece en miles de fotografías acompañando a turistas y viandantes alemanes del siglo pasado.
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