Tras la película de Akira (1988), Katsuhiro Otomo continuó en la industria. Sin embargo, no volvería a tener en sus manos un proyecto tan sumamente ambicioso hasta Steamboy (2004). En este último caso sufriría un importante revés, pero eso es para otro día. Si has visto varias obras del autor probablemente identificarás muchos de sus rasgos más característicos: jóvenes rebeldes, sociedades futuristas indeseables, destrucción y descontrol general, etc.
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