Los vecinos de la batería antiaérea temen que la masificación ponga en riesgo la zona patrimonial. El alud de turistas atraídos por las vistas de la balconada causa rechazo en el barrio. "Tourist go home" reza una pintada en una pared de Marià Labèrnia, la calle que conduce a uno de los accesos de la batería antiaérea del Turó de la Rovira. Indicio claro de que algo sucede en una zona que teme que la lucha de años de sus vecinos para rehabilitar sus emblemáticas baterías antiaéreas acabe muriendo de éxito.
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