Ir a comer a un bar o un restaurante en España no suele ser una actividad cara o elitista, pero con la llegada del verano las cosas cambian. Con las vacaciones, las visitas de los turistas y las ganas de disfrutar y descansar, los chiringuitos de la playa abren sus puertas para atender a los clientes durante los meses estivales. Pero no sin antes inflar sus precios.
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noticia original (www.elespanol.com)